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Tortuguitas LA MATARON A GOLPES POR USURPAR UNA CASA Y DESCARTARON EL CADÁVER EN LA VEREDA
María Graciela Hure fue asesinada en Tortuguitas a mediados de este mes por un grupo de vecinos. Hay cinco sospechosos detenidos por la DDI local de la Policía Bonaerense Diez días atrás, un grupo de vecinos encontró el cadáver de una mujer envuelto en una sábana en una calle de Tortuguitas, zona de Pilar cercana a la vía del tren Belgrano Norte. Estaba maniatado, con un trapo en la boca. No llevaba documentos; apenas un poco de ropa. La autopsia en la morgue local detectó una serie de fracturas en el cráneo y en la cara; había muerto, según los forenses, al menos 48 horas antes. En los últimos cuatro días, la DDI de Pilar de la Policía Bonaerense detuvo a cinco sospechosos por el crimen de Hure, vecinos del barrio, sospechosos de apellidos Quintanilla, Acosta García y Sosa. La víctima, según sus registros, no tenía empleo en blanco ni lo había tenido en los últimos 20 años; su domicilio registrado era una vieja casa en una calle de tierra, donde ya no vivía. Estaba, descubrieron las autoridades, en situación de calle. María Graciela, de acuerdo a testimonios, habría usurpado una casa en la calle Los Patos de Tortuguitas vinculada a los detenidos. Esto, según la hipótesis del fiscal Quintana, le costó la muerte. El caso, dato por dato Primero, se allanó el domicilio que la víctima tenía registrado. Allí, efectivamente, la conocían: una mujer declaró que Hure dormía en diversos lugares de la zona. También, dio la pista de la casa, sin saber su ubicación. Poco después, tras preguntar por la zona, la DDI llegó a la dirección exacta. Un relevo de cámaras mostró la última imagen de Hure: data del domingo 17 a la 1:30 AM. Cinco horas después, sus asesinos descartaron su cadáver. Esa casa, supieron luego, estaba en disputa: el supuesto dueño la había echado a golpes del lugar. También merodeaban la trama tres picantes de la zona, los hermanos Acosta García, apodados “Los Chimpa” por gente del barrio, una referencia simiesca. La escena del crimen habría sido la casa de Los Patos misma; allí, Policía Científica encontró manchas de sangre en una pantufla, junto con siete colillas de cigarrillos. En medio de todo, sorprendentemente, apareció Quintanilla, asegurando ser el dueño de la casa. Dijo llamarse Hernán, dio un número de DNI con el nombre: ambos datos no coinciden, el número corresponde a un taxista de Grand Bourg, llamado Mario. Terminó allanado y luego detenido: su casa lindaba con la de “Los Chimpa”. Allí, en la casa de los Acosta García, se encontró ropa manchada con sangre. También, el carrito de supermercado idéntico al que solía empujar la mujer asesinada. La Ford EcoSport fue luego encontrada en otro domicilio, incautada también.