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Campana | AUMENTA LA CONCURRENCIA A OLLAS POPULARES

Un relevamiento realizado entre referentes barriales y sociales durante el fin de semana, asegura que en la cuarentena se duplicó la cantidad de gente que asiste a recibir un plato de comida. Testimonios develan la situación alimentaria y social en barrios de Campana.

  • martes, 26 de mayo de 2020 a las 4:23 pm

En un relevamiento realizado entre referentes barriales y sociales, este sábado y domingo pasado, se pudo constatar “el agravamiento de las condiciones alimentarias y sociales en los barrios de Campana” detallaron desde el Frente Grande Campana, compartiendo datos y testimonios de lo que ocurre en los distintos puntos de nuestra Ciudad.

“La atención directa de los sectores mas necesitados está a cargo de organizaciones sociales y gente solidaria. No actúa el estado municipal. Comedores, ollas y merenderos han duplicado en promedio la cantidad de gente que venía asistiendo. Tampoco hay presencia del municipio por la pandemia, desarrollando acciones concretas de control sanitario, testeos, etc” aseguraron.

Elena Martínez del merendero y ahora también comedor Creciendo Juntos de La Josefa, contó su situación y la de muchos de sus vecinos, luego que a principio de la semana pasada, desde la Secretaria de Salud le comunicaron que debía cerrar el comedor por el brote de coronavirus en el barrio.

“Me quedaban 10 Kg. de harina y un poco más de otros productos… es lo mismo que nada para la cantidad de gente que viene. Al inicio de la cuarentena cerramos el merendero, pero los chicos seguían viniendo y yo no tenía nada para darles, así que abrimos de nuevo y entregamos la comida casa por casa” explica la vecina.

Cuenta que antes de la cuarentena el lugar funcionaba sólo como merendero y atendía a 73 niños. Hoy en día, son 130 familias. “El número de personas que recibía comida podría ser entonces cercano a los 500, los días martes, jueves y domingo por la noche. Eso da una idea del aumento de la pobreza en La Josefa. La situación social del barrio ha empeorado enormemente ya que la mayoría de la gente son changarines, y ahora se quedaron sin esa changa y están todos desocupados” explicaron.

“La comida se compra con fondos propios y donaciones y algo que nos falta pedimos y nos trae el municipio” detalla Elena, quien mantiene la cuestión política fuera de su acción solidaria.

En tanto, en otros barrios de la ciudad “la situación es igual o peor aún desde el punto de vista alimentario y social” aseguraron desde el espacio político.

Juan Aguirre, referente del MTE (Movimiento de Trabajadores Excluidos, parte de la CTEP que orienta a nivel nacional Juan Grabois) asegura que en el merendero Pancita Llena Corazón Contento de Otamendi “la gente que viene se multiplicó por dos. Antes eran unos 30-45, ahora son 85. Hacemos comida lunes, miércoles y viernes al mediodía”.

Según explicó, el aporte de productos para la cocina lo hace el MTE y suman donaciones. “En cuanto a la ayuda por parte del municipio es escasa o nula, y a veces con mercadería en mal estado. Les pedimos leche y no dan” aseguran. También señalan que también desde Provincia y Nación, “llega poco”.

En San Jacinto con 80 personas, en Lubo con entre 150-160, en Las Praderas con entre 60- 70 personas, dos comedores en San Cayetano con 160 personas, otros dos en Las Campanas con 70 personas, el MTE lleva adelante comedores populares, y colabora además con otro comedor popular en este último barrio, al que asisten unas 50 personas.

“Nosotros cocinamos y la gente viene con su tupper a llevar la comida a la casa. La situación es muy grave y nosotros estimamos que desde la cuarentena la cantidad de gente que viene es el doble. El martes (19 de mayo) a la noche, el cuerpo GAD de la policía le impidió a la gente venir a buscar la comida al comedor el Tugurio del Lubo. Le preguntaban si tenían permiso de circulación para ir a pie un par de cuadras hasta el comedor! Tuvimos que ir casa por casa con una olla y cucharón para repartir la comida esa noche” detalló el referente barrial.

Y también se refirió a dos casos de COVID-19 en ese barrio, en estos días. “La cuarentena no es igual para todos. Tal vez ellos tengan sus heladeras llenas acceso a todos los servicios, una vivienda digna y un sueldo asegurado. Para nosotros es muy difícil pero lo enfrentamos con organización popular y solidaridad” dice una publicación del MTE.

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