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3 de Febrero: Reclutan arrebatadores del barrio Ejército de Los Andes
Según fuentes oficiales, estiman que son unos 20 jóvenes que, por lo general, son menores de edad y no actúan todos los días para complicar las investigaciones.
En las últimas horas surgió una información que involucra al distrito y la inseguridad: se calcula que unos 20 jóvenes, en buen estado atlético, son reclutados desde el barrio Ejército de Los Andes, de la localidad de Ciudadela, con el fin de que efectúen ilícitos en la vía pública. Los mismos no actúan todos los días para complicar las investigaciones.
Según indicó el portal Diario Popular, detrás de ellos hay adultos que los llevan en autos o camionetas y son quienes están a cargo del «negocio». «Me robaron el celular que había comprado hacía dos semanas. Lo hacen saltando, cuando estás en el colectivo, sentado. Aprovechan un descuido, con la ventana abierta. Es un segundo o menos, después se van corriendo», dijo Carlos, un damnificado que viajaba en la línea 96.
«Les enseñan las técnicas para robar, pero también tienen contactos con la policía, entonces cuando peinan la zona, robándole a todo el mundo, los efectivos nunca están. Son franjas de 10 o 15 minutos sin presencia policial. Después los fonos los llevan a negocios que se encargan de liberarlos y revenderlos. Hay todo un circuito muy oscuro. En general, no hay violencia en estos casos, pero a veces algo sale mal y sabemos de situaciones con personas heridas», dijeron los vecinos consultados.
Por lo trascendido, no existe un esquema estructurado de días y horarios para el accionar de la banda. Esto lo hacen con el objetivo de despistar a los investigadores. «Una semana pueden ir lunes, jueves y viernes y la siguiente el miércoles y sábado, y así infinitamente. A los pibes les pagan entre 1.500 y 2.000 pesos por día, depende de cuántos equipos puedan robar», se explicó. Asimismo, Carlos añadió: «Es un verdadero descontrol. Todavía tengo que pagar cuotas del equipo que me robaron. Es injusto. Prometen todo el tiempo que van a solucionar el tema de la inseguridad, pero la calle está diciendo otra cosa».
G.T.